Robert Howe, profesor de ingeniería de Harvard y uno de los especialistas que ha trabajado para poner a punto esta técnica quirúrgica, señala que existen estudios que demuestran que la detención del corazón a menudo da lugar a deficiencias cognitivas a largo plazo. Este problema es mayor en los ancianos (pacientes frecuentes de este tipo de intervenciones) ya que además suelen no responder bien a las máquinas de derivación.
El nuevo sistema de la Universidad de Harvard permite reparar la válvula mitral sin abrir el corazón. Se emplea una aguja hueca que se inserta en el órgano y por la que se introducen una serie de “ganchos”, que se fijan al tejido que rodea la válvula en cuestión. El cirujano puede jalar de todos los anclajes al mismo tiempo con un hilo de sutura, disminuyendo el tamaño de abertura de la válvula. Puede parecer sencillo pero, en realidad, es casi imposible, sin utilizar tecnología robótica, fijar con precisión estos anclajes en un corazón que da brincos constantemente. El equipo de Howe emplea ultrasonidos 3D para visualizar el movimiento del corazón, ya que permite ver las estructuras internas del mismo a pesar de la gran cantidad de sangre circulante. Estos datos 3D son analizados mediante un software especial desarrollado por los investigadores, capaz de predecir en cada momento donde estará el tejido coronario en el instante siguiente. Esto permite al robot ajustar con precisión la posición de la punta de la herramienta. Una serie de sensores colocados en la aguja se encargan de detectar si la herramienta toca algún tejido.
El nuevo sistema de la Universidad de Harvard permite reparar la válvula mitral sin abrir el corazón. Se emplea una aguja hueca que se inserta en el órgano y por la que se introducen una serie de “ganchos”, que se fijan al tejido que rodea la válvula en cuestión. El cirujano puede jalar de todos los anclajes al mismo tiempo con un hilo de sutura, disminuyendo el tamaño de abertura de la válvula. Puede parecer sencillo pero, en realidad, es casi imposible, sin utilizar tecnología robótica, fijar con precisión estos anclajes en un corazón que da brincos constantemente. El equipo de Howe emplea ultrasonidos 3D para visualizar el movimiento del corazón, ya que permite ver las estructuras internas del mismo a pesar de la gran cantidad de sangre circulante. Estos datos 3D son analizados mediante un software especial desarrollado por los investigadores, capaz de predecir en cada momento donde estará el tejido coronario en el instante siguiente. Esto permite al robot ajustar con precisión la posición de la punta de la herramienta. Una serie de sensores colocados en la aguja se encargan de detectar si la herramienta toca algún tejido.